Alvéolo (Engañapichanga 29)

para Mauro

Mi amor me cuenta:

–Todo empezó con un viaje a ver a mis padres, esos viajes me angustian porque me hacen ver, cada año que pasa, que ya no es posible cambiar ni el pasado ni el presente ni el futuro, y me invadía la tristeza, pero había algo más, algo tonto y especial a la vez… un objeto, sí, una cosa… ¿no es extraño esto?… que de repente se convirtió en lo que concentraba mi pena y mis miedos y que, con el pasar de los días, se volvió terror, verdadero terror. En mi ciudad se producen cortes de luz a menudo, y sobre un mueble había una luz de emergencia, en el comedor de mi casa. Era de plástico reflejante, de ese material del interior de los termos que parece un espejo frágil; tenía pequeños nichos muy brillantes, concavidades muy apretadas entre sí. Al mirarlo me parecía que desde dentro de los huecos miles de ojos de gusanos me espiaban, me estrangulaban; se me cortaba la respiración, comenzaba el ahogo y la angustia. Sucedía cuando lo miraba, inmediatamente. Luego comencé a sentirlo al mirar los faros de los autos y ante ciertas formaciones de cavidades regulares o irregulares… un panal de abejas… alvéolos… empezaba la inquietud, la náusea, la falta de aire. Pasaron muchos años, sin que nada cambiara, traté de mantener eso al margen de mi vida, al costado, no hacerle caso. Supe que esta fobia se llama tripofobia y es el miedo o la repulsión causados por figuras geométricas muy juntas, agujeros pequeños aglomerados como panales, hormigueros, hongos… El término viene del griego trypo –puntazo, perforación o perforar agujeros. Los síntomas son cosquilleos, picazón en el cuerpo, ansiedad, náuseas; puede estar relacionada con el miedo a los parásitos y a las infecciones. Hace poco tiempo conocí a una chica, hacemos un curso juntos, de dibujo, de ilustración, hablamos mucho, mucho, de todo, sin mirarnos a los ojos, porque hablamos mientras dibujamos… eso ayuda… dibujar y no mirarse… y le conté de este miedo, era la primera vez que lo contaba a alguien, le hablé de tantas cosas, era una charla a ciegas, no nos mirábamos, mirábamos nuestros dibujos, le conté también del montón de operaciones, de cómo estuve cerca de la muerte tantas veces. Ella estaba muy interesada, me hizo muchas preguntas… Nos volvimos a encontrar la semana siguiente, en el curso, esa vez no hablamos casi nada… pero cuando nos despedíamos me preguntó:

­–¿Vos naciste con esta fobia?

–No, esto viene de hace unos cinco años… dije yo.

–¿Qué es lo primero que ves antes de cada una de las operaciones quirúrgicas por las que pasaste?

–El techo… –dije.

–No, algo más, algo más…

–La lámpara sobre mí, en el quirófano…

Y entonces las vi a esas lámparas malditas, vi los alvéolos apretados, los nichos, el destello espejado, los gusanos espiando la muerte.

La miré, los dos teníamos los ojos brillosos, muy abiertos. No hizo falta decir nada más.

Era lo que era, era real, concreto, era.

fin

Agradezco a:

Viviana Roveda, Ramiro Iraola, Ana Paulinelli, Mauro Rodríguez Monje, Liliana Paolinelli, Trinidad Castiñeira, Ana Simonetti, Cristina Faccincani, Piru, Mushkin, Ignacio Tamagno, Samy Flores, Inés Garland, Eduardo Naides, Hilda Vittar, Cachito, Fanny Cittadini, Carla Bellini, Sandro Zanella –in memoriam–, Carlos Schilling, Silvio Mattoni, Marinilza Silva –in memoriam–, Luiz Carlos Lima, Graciela Ferrari, Pepe Robledo, Akademja Ruchu, María Pessacq, María Eugenia Luján, Walter Pedrotti –in memoriam–, Luisa Musola, Adriana Mazzocco, Marinella Cutuli, Marta Fischer, Marina Vassanelli, Nilda Fantini, Jorgelina Brasca, Diego Meret, barbaria.com.ar y Toul…

Y por los epígrafes, acápites, las citas, la inspiración, a:

Vivian Lamarque, Mariangela Gualtieri, Tom Zé, Fernando Faro, Maria Bethânia, Manuel Jiménez, Fedor Dostoyevski, Anna Magnani, Richard Adler, Jerry Ross, George Gershwin, Herta Müller, Julián López, Luigi Pirandello, Bertolt Brecht, Elza Soraes, Goethe, François Truffaut, Philip Roth, Enrique Lacolla, Consuelo Velázquez, Alejo Carbonell, Eric Rohmer, Marguerite Duras, Alain Resnais, Louis Malle, Ingmar Bergman, Jean Vigo, Nanni Moretti, Robert Walser, Jana Cernatesco, Dr. José Stelzer, Paulo Vanzolini, Lucio Dalla y a todos los amigos, actores, escritores, compositores, pintores, músicos y directores que nombro.

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Un comentario

  • alvéolos… pequeños… con un orden preciso.
    precisión y orden, apretados…
    qué buen relato.
    como esa conversación con un otro que no es un terapeuta devela de pronto algo que nos asfixia y ahoga. conversar, hablar y escuchar…descubrir con el otro.
    me encantó.
    gracias rob

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